Oh,
Padre, tú has dado al joven Pier Giorgio Frassati la dicha de encontrar a
Cristo y de vivir con coherencia su fe al servicio de los pobres y enfermos;
por su intercesión haz que también nosotros subamos, como él, por los senderos
de las bienaventuranzas evangélicas y que imitemos su generosidad, para
difundir en la sociedad el espíritu del Evangelio. Por Cristo, nuestro Señor.
Amén.
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