Toni Zweifel, nacido el 15 de febrero de 1938 en Verona, era hijo de un empresario suizo. Hizo la carrera de ingeniero industrial en la Escuela Politécnica (ETH) de Zürich, donde acabó los estudios en 1962. Tras una corta actividad en la industria privada, trabajó como colaborador científico en el Instituto de Termodinámica de la ETH y desarrolló diversas patentes. Algunos años después, en 1972, sensible a la pobreza de los países en vías de desarrollo, cambió sus ocupaciónes para crear, junto con otras personas, la fundación Limmat, con sede en Zürich, Suiza. Bajo su dirección, esta institución promovió, en los 17 años siguientes, cientos de proyectos de interés público en más de treinta países de cuatro continentes, centrados sobre todo en la promoción de la familia y la mujer, atención médica y formación profesional de la juventud.
En 1962 Toni Zweifel pidió la admisión en el Opus Dei, una institución de la Iglesia católica –hoy Prelatura personal– que por inspiración divina fundó San Josemaría Escrivá con el fin de promover la llamada de todos los cristianos a la santidad en el desempeño de sus deberes profesionales y familiares. Toni siguió esta vocación con total entrega y absoluta fidelidad hasta el final de su vida. Su trabajo se caracterizó por una gran calidad humana y sobrenatural, a impulsos de su deseo de ayudar al prójimo con eficacia. Todo ello unido a un cordial sentido del humor y a un estilo de vida lleno de sencillez.
Toni aceptó, con entrega plena a la voluntad de Dios, la enfermedad incurable que le sorprendió en 1986, cuando estaba en el cenit de su actividad. Murió de leucemia en Zürich, el 24 de noviembre de 1989, con fama de santidad.
En 1962 Toni Zweifel pidió la admisión en el Opus Dei, una institución de la Iglesia católica –hoy Prelatura personal– que por inspiración divina fundó San Josemaría Escrivá con el fin de promover la llamada de todos los cristianos a la santidad en el desempeño de sus deberes profesionales y familiares. Toni siguió esta vocación con total entrega y absoluta fidelidad hasta el final de su vida. Su trabajo se caracterizó por una gran calidad humana y sobrenatural, a impulsos de su deseo de ayudar al prójimo con eficacia. Todo ello unido a un cordial sentido del humor y a un estilo de vida lleno de sencillez.
Toni aceptó, con entrega plena a la voluntad de Dios, la enfermedad incurable que le sorprendió en 1986, cuando estaba en el cenit de su actividad. Murió de leucemia en Zürich, el 24 de noviembre de 1989, con fama de santidad.
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